Las festividades navideñas son un momento especial del año, donde las tradiciones familiares, la alegría y la magia se entrelazan. Cada uno de nosotros tiene sus propias costumbres que hacen que la Navidad sea única y memorable. A continuación, compartiremos una experiencia llena de amor, risas y un poco de humor que seguramente resonará con muchos de ustedes.
Este año, nuestra celebración navideña fue sencillamente fabulosa. ¡Esperamos que la suya haya sido igual de maravillosa! Tuvimos la suerte de contar con la visita de nuestra amiga Jenn, quien vino desde San Antonio para compartir con nosotros estas fechas tan significativas.
La noche del viernes comenzamos con una tradición que nos encanta: una cena a la luz de las velas disfrutando de una deliciosa pizza. Aunque no capturamos ese momento en fotos, la alegría estaba en el aire. Una vez que las niñas se fueron a la cama, nos dedicamos a decorar casas de jengibre, lo cual siempre resulta ser una actividad divertida y creativa para todos.
Momentos divertidos y creativos
Durante la decoración, uno de los momentos más memorables fue cuando Justin decidió hacer un outhouse de jengibre. Con frases ingeniosas como “¡Que tengas una Navidad poco convencional!” o “¡Esperamos que tu Navidad no sea un desastre!”, el humor estuvo presente a lo largo de todo el proceso. A veces, un poco de humor es justo lo que necesitamos para hacer que la Navidad sea aún más especial.
La magia de Santa Claus
El sábado, tuvimos la emocionante visita de Santa Claus. Coordinar con él para que viniera un día antes fue una gran idea, ya que el domingo teníamos que asistir a la iglesia. La mañana comenzó con los gritos de felicidad al descubrir los regalos que Santa había traído, incluyendo un adorable peluche de Rudolph que rápidamente se convirtió en uno de los mejores amigos de Etta.
El desayuno fue otro momento destacado, ya que sustituimos nuestras tradicionales rollos de canela por pancakes de canela, que son igual de deliciosos pero requieren menos tiempo de preparación. Después del desayuno, las niñas se emocionaron al abrir los regalos, especialmente Etta, quien se encargó de desenvolver cada uno de ellos con una alegría contagiosa.
Momentos de sorpresa y emoción
Un momento adorable fue cuando Lydia, nuestra pequeña exploradora, decidió escalar los regalos para jugar con sus nuevos juguetes. Su curiosidad y energía siempre traen risas a la casa. Uno de los regalos más sorprendentes fue una consola Wii con un juego de Zumba, que me tiene muy emocionada. ¡Solo tengo un mes y medio para perder esos kilitos de más antes de que mi bebé cumpla un año!
A medida que el día avanzaba, la energía de las niñas comenzó a decaer, pero eso no nos detuvo. Recordé que había una cocina de juguete escondida, lo que revivió la emoción de Navidad en el aire. Las niñas se pusieron a jugar de inmediato, y fue un verdadero deleite ver a Lydia disfrutar tanto como Etta. La satisfacción de verlas jugar juntas era palpable.
Creando recuerdos dulces
Las pequeñas se divirtieron tanto que incluso Etta se ofreció a “lavar los platos” en su cocina de juguete, mientras Lydia se dedicaba a “cocinar”. Un momento particularmente emotivo fue cuando le preguntamos a Etta si le gustaba su cocina y su respuesta fue un rotundo y entusiasta “¡Me encanta!” con un énfasis que nos llenó el corazón.
Para la cena, Jenn preparó una deliciosa comida mexicana, lo que hizo que la celebración fuera aún más especial. Más tarde, disfrutamos de algunos episodios de “Once Upon a Time”, que se ha convertido en mi serie favorita. El tiempo compartido con amigos y familia es invaluable, especialmente en estas fechas.
El domingo comenzó con la misa matutina en la iglesia. Antes de que Jenn se marchara, nos despedimos con abrazos y buenos deseos. En la tarde, decidimos armar y decorar otra casa de jengibre, aunque esta vez optamos por menos dulces. Etta, en particular, solo quería “sprinkl-ies” para su creación, lo que demostró ser un enfoque creativo y divertido.
A pesar de un pequeño incidente con la casa de jengibre, que se cayó momentáneamente, fue fácil de arreglar, y nos dio muchas risas. Para cerrar el día, decidí hornear un pastel de chocolate en celebración del cumpleaños del Salvador. Esta nueva tradición navideña ha sido un gran éxito, especialmente con Etta cantando “Cumpleaños Feliz” y soplando las velas con puro entusiasmo.
Ver a Lydia sumergirse en el pastel de chocolate fue un espectáculo gracioso. La pequeña se llenó de chocolate por todas partes, disfrutando de cada bocado, mientras nosotros capturábamos esos momentos en fotos. La alegría de ver a nuestras hijas disfrutar de la comida y la compañía es el verdadero espíritu de la Navidad.
Así fue nuestra celebración navideña, llena de amor, risas y momentos inolvidables. Esperamos que ustedes también hayan tenido unas fiestas maravillosas y que cada tradición familiar continúe creciendo y evolucionando con el tiempo.





